La inspiración para esta boda vino del carácter de los novios, tranquilos, sencillos, muy naturales, uno de ellos es además italiano, y eso se tradujo en una interpretación natural, en tonos claros, con materiales limpios y sencillos como la madera y el lino. Los colores principales, el blanco y el verde, se utilizan para crear un ambiente limpio y luminoso. Se trataba de recrear una cena mediterránea.
Una vez más hemos colaborado con Vinca per vinca, que supo captar la esencia mediterránea que intentábamos transmitir con este diseño. No puedo hablar si no es para bien de Aitana y la naturalidad y profesionalidad con que arregla las flores y las plantas. Su colaboración más que sumar, multiplica.
La iluminación jugó un papel importantísimo en esta boda, tanto, que he dividido en dos post las imágenes del día y la noche para que podáis ver como van evolucionando los ambientes a lo largo de un evento tan sólo gracias a la iluminación.
El lugar, el Palacio de Hoyuelos, que fue el de la boda de G y M, es un sitio muy especial, aunque mejor que os diga lo bonito que es mejor es que veáis las fotos.
El catering corrió a cargo del Portón de Javier, que se ocupo también de las mesas, sillas y menaje, y llevó a cabo una estupenda cena, combinando elementos de las cocinas italiana y española.
Todas las fotos son de Marlett.